miércoles, 2 de abril de 2008

PERIODISTAS [1]



EL MÁS VIL DE LOS OFIDIOS



Alex Grijelmo estuvo en la Universidad de Lima. Un lujo porque el español es un ejemplo para los periodistas. No es viejo es ducho. Él, junto a Miguel Ángel Bastenier fundaron el diario El País y así, una España como nuevo país. ¿Un periódico puede cambiar un país? Sí. Y no sólo eso. Modificar el imaginario de los ciudadanos, su actitud frente a la vida, su decencia y su ternura.
Grijelmo es hoy presidente de la agencia de noticias EFE. Pero antes que cualquier cosa es un profesional. Entonces, está actualizado, domina 5 idiomas, es competitivo, lee como un descocido, opina con libertad, produce información sólo cuando es veraz. Aunque suena a herejía, Alex no es objetivo porque esa es una patraña de imberbes. Sí es neutral, equitativo e imparcial.



El español ha demostrado que se puede ejercer el periodismo con estos valores y no con esas patrañas, jácaras y embelecos que suelen utilizar algunos colegas para comprarse una 4x4. Como profesional dice que un medio de comunicación sólo puede ser independiente si es rentable. Es decir, si sostiene sus ventas, si respeta a sus usuarios, si obedece las normas y le paga bien a sus periodistas. ¿Cuánto? Lo suficiente para no convertirse en “mermelero”.



De eso sabe Grijelmo. En un diario local, en el 2003, nos asistió en la elaboración de los Principios Rectores. Contento, había triunfado su propuestas: incluir en el principio 19 un punto urticante como necesario: “los periodistas no pueden estar ajenos a los aspectos del negocio que permite que el medio se difunda y que la empresa tenga éxito”. Pocos medios reconocen este valor como fluido en la calidad de lo que se informa.



Después de la década podrida, los periodistas hemos remontado el estigma del pantano fujimontesinista. Yo soy profesor de periodismo. Todos los días veo a los jóvenes enfrentar el reto de ser comunicadores son esa herencia pestífera. No es casual que mientras Grijelmo explicaba lo suyo en la U de Lima, Augusto Bresani –el zar del periodismo basura—se despedía de este mundo. Señores, Mariátegui antes que ensayista fue periodista. Vallejo antes que poeta fue periodista. Igual que More, Adán F. Mejía, Igartua, y no sigo. No soy patero. Grijelmo sabe que no miento.

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